Mi hijo ha cambiado de un día para otro
¿Qué le pasa a mi hijo? La actitud hacía su familia ha cambiado y han aparecido cambios importantes en su comportamiento.
ALERTA a estos 7 importantes indicadores:
- De ser un joven cercano y cariñoso con sus padres y hermanos, a pasado a una actitud fría y distante hacia su familia más cercana.
- Ante las preguntas y preocupación por su situación aparecen las contestaciones pasotas, inadecuadas e incluso insultantes.
- Ante las preguntas, se cierra en banda, no quiere hablar sobre nada, ni sobre lo que hace, ni con quién va ni sobre si le pasa algo grave.
- Valora más la opinión y los consejos de sus amistades que la de su familia.
- Sale más de lo habitual, llega mucho más tarde, incluso no acude a dormir. Evita que la familia vea el estado en el que llega, normalmente bebido o con síntomas de haber consumido algún tipo de droga. Se le pregunta por los sitios a los que va o la zona por la que se mueve pero evita la respuesta.
- Los estudios van empeorando, el rendimiento académico y las notas van bajando, lo cual es normal pues dedica menos tiempo a los estudios, incluso falta a las clases.
- Las compañías han cambiado, ha abandonado los amigos de siempre y sale con gente que la familia no conoce. Se le pregunta por ellos pero evita hablar y dar referencias sobre ellos. Se comienza a sospechar que los cambios son debido a esas nuevas amistades.
Estos importantes indicadores no deben tomarse a broma, pueden ser cambios evolutivos en la personalidad del adolescente que no requieran mayor importancia que unas medidas afectivas y re-educativas pero pueden deberse a graves causas como malas influencias de amistades, caída en adicciones como drogas, alcohol, juego, etc. o incluso más serios como caer víctima de una secta.
En cualquier caso es necesario intervenir. Primero saber que está pasando, cual es la causa de ese cambio y determinar las dimensiones del problema para en segundo lugar adoptar las medidas necesarias para atacar con eficacia el problema y solucionarlo.
En estos casos, para abordar la primera fase de conocimiento, es fundamental realizar una vigilancia y un seguimiento del adolescente. Pero la primera pregunta que surge es: ¿es legal hacer un seguimiento a mi hijo? La respuesta es rotundamente SI, tanto si es menor de edad como si es mayor de edad ya que cumplimos los requisitos que nos marca la ley. A nivel general la obligación que tienen los padres de cuidar de sus hijos física y psicológicamente mientras estos lo necesiten y a nivel específico el requisito de ser una persona con interés legítimo para encargar la investigación.
En cualquier caso y ante cualquier duda consulte a un profesional, consulte a un detective privado.